Esta vez Ella no anda por ahí de conferencias. El caso es que el médico me ha recetado reposo hasta el día 7 y los sábados los paso en casa, haciendo las tareas del hogar, leyendo y retomando este diario sibernético, en vez de andar arrastrando mis orondeces por las montañas nevadas.
El chungo me dio a la semana de volver de navidades. No tengo nada, de momento, según las pruebas, así que quizás el nene no resiste el stress de preocuparse por los contratos, el trabajo y la madre que lo parió. No pensaba yo que la construcción de proyectos singulares fuera tan exigente, sobre todo si la autoridad competente decide que para qué hacer con 4 pibes lo que se puede hacer con dos, qué trabajen el doble, no es pa tanto. Lo único bueno de ponerse malito es que la madre de su hijo ha decidido al fin venir a visitarnos. A veces parece que los padres son como los reyes.
Así que aquí estoy,he aprovechado para empezar a leer todos los libros que nos cayeron por navidades. De momento, si alguien le echa el ojo a las particulas elementales, de un tal Hoellebecq o algo que se parece, se lo recomiendo. Yo me lo lei de un tirón un sábado por la mañana, lo que probablemente me haya hecho perder gran parte de su enjundia, pero lo que me entró por la cabeza me dejo satisfecho.
Reciban un cordial saludo de este que lo es.