Hago una pausa en la serie Sanpetersburguesa para anunciar que en los últimos cuatro días he visto cuatro veces a Stephen Hawking. Este señor, que debe ser el físico más famoso del mundo, presenta la particularidad de estar afectado por una enfermedad que le tiene en una silla de ruedas y creo que puede mover un ojo, pero como él dice, traducido por el menda:
Antes de que diagnosticaran mi enfermedad, la vida me resultaba muy aburrida. Parecía que no había nada que valiera la pena hacer.Pero poco después de salir del hospital, soñé que me iban a ejecutar. De pronto me di cuenta de que podía hacer muchas cosas valiosas si me perdonaban la vida . También soñé muchas veces que sacrificaba mi vida para salvar a otros. Total, si iba a morir de todos modos, que fuera al menos por una buena causa. Pero no morí. De hecho, aunque una nube se cernía sobre mi futuro, encontré, para mi sorpresa, que estaba disfrutando la vida más que antes.
Pues eso.
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