15 de junio de 2008
Bodas, fútbol y baloncesto
A veces se encadenan los acontecimientos y es difícil saber cuando parar. El viernes salgo de currar y voy con P y G a tomar unas cervezas al uno. Luego me voy a tirar unos tiritos a Champs Frechets con AM y AS, como calentamiento para el torneo de baloncesto callejero del domingo. AS me deja usar la ducha en su casa y así puedo estar a las 10 en la Trattoria, donde aparte de celebrarse San Antonio, el motivo de la reunión es ver a EB, que hace una de sus visitas periódicas a Gva para no dejar a su nene solo. Acabamos en el Mulligans, esta vez sin concierto, donde me encuentro a J, mi compañero de viaje a Marruecos, y a PM, que está muy contento ( y algo borracho ) porque Holanda le ha petado el cacas a Francia en la Eurocopa. PM es holandés, si no la historia cojearía. La noche acaba y a las 9 de la mañana del día siguiente estoy planchando la camisa para ir a la boda de FdA, mi ex-compañero de despacho que decide repetir la boda con su mujer en la iglesia católica de Gva. La boda continúa con un banquete en el Tordoya donde comemos hasta reventar. Una siesta reparadora en casa de P me deja medio en condiciones de asistir a Plainpalais a contemplar l'exploit de la selección española, que consigue vencer a los suecos con un gol de Villa en el último minuto. La afición española se desborda e inunda Gva de banderas rojigualdas, claxons y trompetas victoriosas. Mi canadiense favorito, que llevaba todo el rato repitiendo que Spain sucks y que hockey is the sport for real men tiene que tragarse sus susias palabras gracias a la demostración de saber hacer, clase y pundonor del tomate mecánico. Pero como no es rencoroso, nos cocina a unos cuantos un arroz con verduras y gambas pa chuparse los dedos. A las doce, me acuesto pero paso una noche infernal por los esfuerzos a los que está sometido mi aparato digestivo. A las siete, toque de corneta, AM y AS me esperan en sus domicilios para ir a StJulien a jugar al basket. Jugamos tres partidos de calificación, pasamos a octavos y ahí se acaba nuestra participación. Encontramos a nuestros adversarios bastante altos, fuertes y rápidos en general y nosotros, quitando AS que es un prodigio físico, no estamos para muchos trotes. Acabada la participación, nos despedimos de St Julien, nos acabamos el melón y pasamos por casa de P a recoger mi traje y AS sale con un sillón y un radiador de propina. Llego a casa y mi cuerpo dimite. Tendré que parar.
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2 comentarios:
¿vas a llegar con vida a la comida de tu abuela?
Besos
ahahahha vaya blog!
ori
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