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21 de febrero de 2011

Casualidades

Los viernes suelo ir a comer a casa de mis padres. El viernes pasado no fui, tenían que hacer de niñeros. Me quedé hasta las 6 haciendo unas cosas. Salí, llegué a 4C y bajé andando por Bravo Murillo hasta Quevedo. Seguí por Fuencarral, crucé la Gran Vía y bajé por Montera, pegado a la acera de la izquierda. Serían las ocho de la tarde cuando vi a MC, un colega ginebrino, subiendo por la misma calle. Nos paramos, nos pusimos al día y cada uno siguió hacia donde iba. Qué casualidad.

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