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7 de junio de 2011

Batiburrillo 2

El domingo por la tarde estoy subido en una escalera recogiendo cerezas amarillas. De los tres árboles de la finca de los padres de I salen varios kilos que luego se reparten entre los recolectores anónimos. ¿Qué se puede hacer con tanta fruta? Confituras, pasteles, congelación, venta... El mismo problema tenía el manzano de Versonnex, producía mucha fruta en poco tiempo y la mayoría de las manzanas acababan en el suelo devoradas por las avispas, los gusanos y las hormigas. Que también tienen derecho, claro.

Liando el hilo, el otro día leo en el país una entrevista con un tal JSF. Al principio lo que me llamó la atención es que está casado con NK, una escritora de la que había leído un libro hace poco, la historia del amor, sobre unos judíos escapados del holocausto y transplantados a NY, todo esto mezclado con libros de pequeña tirada perdidos y reecontrados. El tal JSF estaba promocionando su libro, Eating Animals, en el que explica su conversión al vegetarianismo estricto y describe las malas prácticas de la industria cárnico-pesquera. ¿Sería yo capaz de prescindir de la leche, la carne y los huevos? Creo que no, del queso no, por lo menos. Y después del cordon rouge del viernes pasado en chez Carlos, y cuando me acuerdo de los pavés smash, tampoco sé qué pensar. Qué sinvivir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

las cerezas muy ricas y la vida a veces también. La energía y la fe del converso son para desconfiar.
besos ex-v