Recibimos la visita desde BCN de P. Como hace infinitos años, cuando coincidimos en GVA, nos vamos al cine a ver No. Antes de entrar a la sala, que está sorprendentemente llena, ignoro si porque es el día del espectador o porque la película tiene buena prensa, hago mi visita ritual al baño. Hago lo que tengo que hacer y, al volver a la sala, una señora mayor sube lentamente las escaleras del brazo de otra señora más joven. Dada mi buena educación, espero a que acaben de subir sin arrollarlas. Eso me da tiempo a fijarme en el pelo de la señora mayor, gris y alborotado. Y en sus medias, rosas de rejilla. Y tengo un presentimiento. Y termino de subir la escalera mientras la señora y su acompañante se dirigen a la salida. Y la miro. Y es ella. La duquesa por antonomasia.
A diferencia de mi anterior encuentro en la tercera fase, la susodicha no ha estado nunca en mi lista de mitos eróticos. Como C no ha venido, no recibo la oferta de irme con la otra si así lo deseo. Otra, que, por otra parte, se acaba de casar hace poco y que supongo que no anda buscando hombre. Así que doy por terminado el breve encuentro y vuelvo a la butaca. Se abre el telón ...
2 comentarios:
¿(y II)? ¿Ya no van a haber más encuentros? Muy categórico le encuentro mi ilustrísimo caballero. El mundo es muy pequeño, imagínese su (vuestra) ciudad.
La Duquesa de Alba en medias rosas de rejilla...Creo que voy a desmayaarmmeksdjghñreh´tppm nbrl-. ................ gkjm
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