A las diez de la mañana dejamos el vehículo en la Plataforma y empezamos a subir por el camino de la Laguna. Yo ya ni me acuerdo de la última vez que estuve por aquí pero la cuesta de los barrerones se hace más ligera sin ir cargado como una mula y sin nieve, así que en algo menos de dos horas llegamos a la Laguna.
El día es bueno y hay bastante gente, así que le propongo a C que en vez de volver por donde hemos venido que bajemos por la garganta y luego remontemos la garganta de las Pozas. Por lo que veo en el mapa no debería ser mucho, cuatro horas, calculo. Así que empezamos a descender la garganta, sorteando las zonas de cascadas y viendo animales variados: cabras, lagartos, lagartijas, mariposas, ranas y renacuajos. De vez en cuando nos cruzamos con humanos, pero son pocos. El camino se sigue de aquella manera. Hay varias líneas de jitos a un lado y otro del río y en las zonas de pradera hay que tener cuidado con los charcos. Entre pitos y flautas llegamos algo tarde al cruce con la garganta de las Pozas ( son algo más de las seis ) y algunos miembros de la expedición empiezan a dudar de la precisión de los cálculos de otros.
Aunque la dirección general está clara, hay que remontar la garganta hasta el final y apareceremos en algún punto cercano al refugio de Reguero Llano, el camino no está ni muy ni poco marcado, así que meto la pata y remontamos por la margen izquierda de la garganta por una zona de bloques y piornos que se hace algo fatigosa. Al fin, vemos una traza de sendero cerca del río, bajamos hasta ella y a partir de ahí, aunque vamos cansados y sedientos, subimos y subimos y subimos hasta que al final vemos a un lado el refugio y al otro el camino de la Laguna. Son algo más de las nueve pero aún hay luz.
Vamos al refugio. Nos tomamos unas cocacolas y un poco de agua. El guarda me comenta que el camino, efectivamente, está poco marcado pero que hay que subir por donde subiría un burro. Disimulo que no he pillado la indirecta y nos despedimos del guarda para bajar directamente a la plataforma. Son las diez y diez, empieza a oscurecer y ya sólo nos quedan ganas de cenar y dormir.
La nota ornitológica de la jornada la ponen los simpáticos ejemplares de oenanthe oenanthe que vemos por el camino. En la remontada por la garganta de las Pozas hay mucho pájaro cantor, pero estoy en modo supervivencia así que ya vendré a ver pájaros otro día.
1 comentario:
Qué guay! Nosotros en Agosto vamos a subir al Almanzor con unos amigos que son de Piedrahíta. Seguiremos vuestras aventuras por Gredos.
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