Los días que hace bueno, por la mañana se suelen posar unos
passer montanus a trinar en el alfeizar. En cuanto me levanto de la silla para verlos salen volando, claro. Así que hay que recurrir a tácticas de francofotografiador para sorprender a uno detrás de los cristales. Una vez sorprendido, vuelvo a sentarme mientras el
montanus en cuestión sigue trinando.
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