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13 de febrero de 2014

The finish line

Uno lee cosas por la red, y uno de mis vicios es el baloncesto. Una de mis primeras lecturas por la mañana son los resultados de los partidos de la NBA de la noche anterior. Aparte del seguimiento chauvinista de los jugadores patrios, Ibaka incluido, je je, hay varios comentaristas que resultan bastante graciosos.
Los clásicos eran Charley Rosen y Sam Smith, que escribía en el Chicago Tribune sobre los Bulls en los tiempos post-Jordan. Después descubrí al Sports guy y sus artículos sobre traspasos y sus listas de jugadores con mayor valor de mercado.  Una de las cosas que más me llaman la atención de ese mundo es el mercado laboral. Hay de todo, desde la estrella consagrada hasta el temporero que juega con contratos de diez días haciendo méritos para ver si consigue un contrato para acabar la temporada; el jugador que se lesiona y que nunca llega a ser el que pudo ser; el que juega una temporada magnífica en su último año de contrato; el veterano que tiene que aceptar cobrar menos... En fin, salvando las distancias económicas, nada por lo que no pase el común de los mortales y más los mortales sin contratos indefinidos. Pero al atleta profesional la muerte deportiva le llega antes que a los demás la laboral, así que me ha gustado bastante el video siguiente, The finish line, en el que un gran jugador, recién cumplidos los cuarenta, se plantea la retirada al ver que su cuerpo ya no da más de así. Como yo, más o menos (risas)

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