Resulta que tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: jueves santo, corpus christi y el día de la ascensión. El jueves pasao era este último, y para devolvernos el uno de mayo que había caído en domingo, nos dieron el viernes libre y cogimos el coche y nos fuimos a Barcelona. ¿Qué hay en BCN que justifique nuestra visita?, se dirán ustedes. ¿La sagrada familia? ¿el Camp Nou? ¿el parque Güell? No, ahí está trabajando desde hace unos meses nuestra apiga BC, así como otros tantos amiguitos y conocidos de nuestra estancia en Gva.
El gobierno español y el govern catalá han emprendido conjuntamente la construcción de un sincrotrón, instalación única en su tipo en España (y Catalunya), atrayendo para eso cerebros de todas las partes del mundo con el cuento de la calidad de vida, el cosmopolitismo, el sol y el buen tiempo. Para compensar, pagan menos que aquí, pero se supone que el sol y el buen tiempo valen por lo menos mil o dos mil euros al mes.
Nosotros no nos atrevemos a cuantificar el sol y el buen tiempo, pero también es cierto que el sábado estábamos tirados tostándonos en la playa y que cuando llegamos el domingo por la noche a Villa Monyer hacía un fresco algo desgradable y automáticamente echamos de menos el sol y la playa. A mí nunca me ha gustado mucho la playa, así que se pueden imaginar...Vimos también a P y L, con sus dos nenes D y C, que se han vuelto de la Guayana de lanzar cohetes y echan de menos la vida en la jungla y la dieta tropical. Ahora les toca acostumbrarse de nuevo a la jungla del asfalto. Los nenes mu ricos,mu simpáticos y la niña muy desenvuelta ;)
A BC la vimos bien. Tiene un pisito muy mono en el barrio de Gracia y ya está negra como un carbón y sólo estamos en mayo. Ya tiene planificados todos sus weekends de aquí a agosto y en cualquier momento caerá por Gva a ponernos al corriente de los últimos acontecimientos sociales del mundillo de los aceleradores. ¡Ay! sólo se van los buenos...
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