Empecé a arbitrar para sacarme unas pelas mientras estudiaba la carrera. Además un árbitro era un ser con autoridad, que infundía respeto y que controlaba hasta el último detalle de lo que ocurría en la cancha. En Madrid nunca despunté como árbitro, no subí de categoría porque con 25 años uno era muy mayor ya para llegar a nada, se quería carne joven y de buen ver, lo cual no era el caso. Encima a mí lo de progresar en la vida se me ha dado siempre muy mal, así pasa luego lo que pasa, no iba a las reuniones de seguimiento, no hacía vida en el colegio, etc... En fin, acabé la carrera, me fui a Gva y dejé el arbitraje. Volví a Madrid, volví a Gva y me dije que igual podía volver a arbitrar, me venía bien en aquella época de abstinencia laboral y de paso me daba unas carreras entre pitido y pitido. Encontré el GAB, dónde tras verme arbitrar unas cuantas veces y tras compararme con el género que tenían, en verdad pensaron que era bueno (o al menos aparente) me aceptaron como uno más y me convertí en ese arbitre espagnol que tiene un acento raro y que pita bien según sople el viento ese día. Unos días mejor, otros días peor, pero el caso es que ya llevo 3 temporadas pitando en la liga, los jugadores ya te conocen, para bien o para mal, y ya hablas con ellos de lo divino y de lo humano antes de los partidos o después.
No falta el día, sin embargo, en que toca un equipo gilipollas. A estos equipos se les pitan siempre muchas más faltas que al contrario y siempre tienen un ejemplo de que a mí me pitas esto y al otro, que casi me arranca un brazo, no le pitas nada. Cuando, para más inri, haya algún español (o portugués o italiano, porque para el equipo gilipollas todos somos iguales) en el otro equipo, entonces ya es que el arbitre s'est mis d'accord avec vous pour nous enmerder. No faltarán los enfrentamientos verbales del tipo On se voit dehors o Tu la fermes y por supuesto, al final vendrán a pedir una explication, si vous etes honnet vous savez que vous avez mal sifflé. Vous ne faites ceci que pour le fric. En este caso, sólo queda decirles que se metan su fric por el culo o decirles que dans ce cas là, Monsieur, je n'ai plus rien à vous dire. Luego siempre puede uno escribir en el blog que ha arbitrado a unos gilipollas.
2 comentarios:
Je, je. Jodidillo lo de ser árbitro, verdad? Tiene mala pinta, y si además te pagan por ello, los jugadores nos ponemos más tontos de lo habitual.
A lo mejor tú me puedes resolver la duda que tengo con la regla de los tres segundos en zona. Me suena que había alguna excepción para estar más de tres segundos en la zona, como cuando te pasan la bola y llevas 2.8 segundos en la zona (tú ya me entiendes). El otro día nos pitaron zona así y me suena que el jugador que recibe puede lanzar sin que le piten zona. ¿Es así?
En cuánto a lo de Alcorcón, desgraciadamente no son sólo exageraciones de la prensa. Se ha notado un cambio grande cuando paseas por un parque. La fauna ha cambiado bastante y se ven adolescentes de aquí y sobre todo de allá que dan un poquillo de miedo. Es bastante habitual encontrarte un domingo por la mañana contenedores quemados y destrozos varios. Espero que todos sepamos adaptarnos de forma más o menos pacífica a la mezcla de gente.
Güen fin de semana.
es imposible actuar a gusto de todo el mundo y desde luego menos del que pierde, pero c'est la vie.
Autoridad no es tener la razón o ser más verdad que nadie, sino aquello en lo dos o varios o muchos se han propuesto previamente aceptar. ¡árbitros de baloncesto, adelante con los faroles!
ex-vecina
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