
Para quitarme el mono de baloncesto de la Atomiade de Berlín, acudo a la tradicional pachanga de los jueves en el Parque de Berlín. Qué coincidencia. Hace un calor de morirse, cuñadotrón se tuerce el tobillo y cae una lluvia de gotas gordas que permite seguir jugando y tomando cervezas después de las canastas. Después del parque de Berlín vamos al bar Atenas, otra coincidencia, donde las calorías perdidas se recuperan con un 20% T.A.E. entre cañas y tapas y tapas y cañas.
1 comentario:
y tant! Y después de hacer deporte las tapas saben hasta mejor...
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