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9 de junio de 2009

Squash con el hombre alto

Hace un par de años, cuando llevaba unos meses jugando al squash, me enfrenté en varias ocasiones a Chang, un coreano que curraba en el Cern. Mis duelos con él fueron narrados en su momento e incluso fueron el objeto de un curioso experimento cibernético.

Al volver a Mad tenía mono de squash. Es un deporte violento y agresivo que persigue la eliminación física y moral del contrario y, a pesar de mi carácter afable y bondadoso, encuentro un extraño placer en hacer correr por la cancha al contrario hasta la extenuación cuando se dan las condiciones propicias para ello.

Conseguí convencer al señor alto para jugar los domingos a las 9 de la mañana. Este extraño horario venía dictado por las obligaciones familiares del susodicho señor alto. Este susodicho no había jugado al squash más que una vez, a pesar de que había sido tenista en su juventud, pero su perfeccionismo y perseverancia le están llevando a un nivel que empieza a sembrar la desesperación en sus rivales, que de momento somos dos: el señor C y moi-même. Así que el domingo pasado me metió una paliza, más bien un palizón. Y no contento con ello continúa estudiando atentamente todos los videos del youtube sobre el squash. Estamos perdidos.

3 comentarios:

DRMortin dijo...

¿A quien hay que matar a raquetazos para formar parte de tan selecto club? El otro día vino un señor con monóculo a llevarse mi raqueta al museo etnográfico pero conseguí convencerle que todavía le quedan un par de sudadas...

sincriter´s critic dijo...

Nunca he jugado al squash, pero me puedes ganar cuando quieras y así levantas la moral. Ya sabes que soy más de frontón ;)

quiquelalto dijo...

glacias, maestlo

me has enseñado todo

ahola tenel que eliminalte pala seguil mi camino

soy yo: puto koleano de exclemento, leencalnado en cucalacha gigante