
El ágape empieza fuerte gracias a dos especialistas en cócteles que hacen las delicias de los asistentes con su pericia e inventiva, así que nos entregamos a degustar el Ten Flesh y el Ginger Daiquiri que nos preparan. Un poco piripis, pasamos a la barra de sushi donde arramblamos con todo lo que ponen. Tras el aperitivo, pasamos al salón y allí ya el estómago dice basta cuando llega el solomillo. Qué jartá de comer.
En fin, otro que pasa por la vicaría. Calculamos que en breve asistiremos a la primera entrega de retoños altos, pelirrojos y con andares de John Wayne.
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