
Tras unos días de fuertes lluvias, mi terraza está cubierta de hojas de los falsos plátanos de la calle.La mañana del día de Nochebuena, salgo un momento a contemplar el desaguisado cuando veo como unas cuantas hojas más caen sobre ella, pero esta vez no es el falso plátano el que se desprende de ellas, sino la vecina del segundo que las tira de su terraza a la mía. La miro, me mira. Va hacia la puerta de su terraza, la sigo mirando. Se da media vuelta. La miro. Habla: "No te creas, no te he tirado muchas porque aquí a mi terraza tampoco llegan tantas" Estupefacto ante su sinceridad y desparpajo, doy gracias al espíritu navideño y al amor que lo inunda todo estos días por impedirme mandarle a tomar por culo.
1 comentario:
cuando tengas ocasión la haces una foto en el momento de guarrear tu casa y si te dice algo contestas que la prueba de su abuso la llevarás primero a la junta de vecinos y después posiblemente a la policía. Yo me encargo.
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