Si hace unos meses nos hacíamos eco en estas páginas de
la visita del señor K, ahora anunciamos que el trabajo de los últimos meses se va a ir por el retrete dado que el susodicho ha decidido encargar a B GmbH el desarrollo del software que nosotros ya habíamos desarrollado. En fin, que no recomiendo a nadie someterse a esta experiencia y que la cara de tonto que se te queda es fina. Conclusión: no trabaje con armenios, son malvados.
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