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20 de noviembre de 2012

Peripecia hamburguesa - fin del día primero y día segundo

La cena del día primero me permitió desempolvar mi oxidado italiano. Tampoco es que para pedir dos pizzas y dos birras haya que hacer excesos, pero me resulta más fácil en italiano que en tedesco. Tanto allí como en el griego de la noche anterior, las servilletas llevaban un pequeño vocabulario de emergencia en el respectivo idioma y en alemán. Así, ho fame, ich habe hunger y pinao, viene a decir lo mismo.

El martes por la mañana damos una vuelta por Desy para alcanzar nuestra nave. De camino, veo dos garrulus glandarius, un parus major, varios corvus indeterminados y las pica pica de rigor. A las once de la mañana recibo un mensaje del señor Minga recomendándome que pruebe la especialidad local: el ficken ohne gummi. Al principio pienso que debe ser algo de pollo, pero luego recuerdo los verbos básicos alemanes ( essen, trinken, lecken y ficken ) y le respondo como se merece.

Terminamos de noche y nuestro anfitrión armenio nos lleva de paseo por el centro de Hamburgo. Al lado de un laguete que hay en tó el medio de la ciudad veo un anser anser y un par de anas platyrhynchos. Luego comemos y bebemos. Mis acompañantes se toman un codillo asado gigante y yo me conformo con un schnitzel ohne gummi. Salimos rodando del sitio, volvemos en tren al hotel. Subo a la habitación. Hablo con C. Escribo. Duermo.

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