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28 de diciembre de 2012

No es país para viejos

Si hace un año dos jóvenes promesas del alpinismo madrileño protagonizaban una hazaña histórica ascendiendo a un pico desconocido en la provincia de Mad, hoy han repetido hazaña, aunque como el año no ha pasado en balde, esta vez les ha costado más. Saliendo de Canto Cochino, los montañeros han tenido que abrir huella en la nieve, que en algunos puntos alcanzaba más de quince metros de espesor. El hielo también ha hecho su aparición y han tenido que equipar con cuerdas fijas los dos últimos kilómetros de ascensión. A pesar de transitar por territorio teóricamente inexplorado, han encontrado rastros en forma de restos de celulosa y materia orgánica de procedencia presumiblemente humana. Todo esto no hace más que incrementar las dudas de los protagonistas sobre la exactitud de los registros de ascensiones en la sierra del Guadarrama, llegando a plantearse si no será mejor la sanidad privada que la pública e, incluso, que la virgen concibió efectivamente al hijo de Dios sin macularse. Una vez llegados a la cima, han bautizado al pico "Mariano", en honor del presidente del gobierno, que se merece esto y mucho más por sus desvelos y preocupaciones por el bienestar de su pueblo, pocas veces entendidos y menos veces aún agradecidos en su justa medida. Al bajar, aclamados por la multitud, los montañeros han reconocido estar "jodidos (sic) pero contentos" y han prometido entrenarse el año que viene para completar las ascensiones de los ocho miles de la provincia.

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