Un día cualquiera, no sé qué hora era, recibo un mensaje del Dr Mortin avisándome de la celebración de un curso de identificación de rapaces en LCE de Mad. Rapaces, pienso, y me apunto sin tardar ya que la identificación de aves es una actividad fascinante, aunque puede llegar a ser muy frustrante para el aficionado autodidacta.
Un sábado cualquiera me desplazo al centro donde se imparte la parte teórica del curso. En Hispania se pueden observar 30 especies de rapaces diurnas ( las nocturnas quedarán para otro día o para otra noche ). Yo, de momento, sé distinguir una ( el agradecido gyps fulvus ) y si veo un bicho cerniéndose sobre un campo sembrao sé que estoy viendo un falco tinnunculus o un falco naumanni . También sé que los bichos de cola ahorquillada son milvus milvus o milvus migrans. Ahí terminan mis conocimientos previos al curso.
Ahorraré la descripción de la ingente cantidad de información transmitida en estos días. Sólo diré que durante la salida del sábado, vemos varios gyps fulvus, un aegypius monachus, un bicho que no se pudo discernir si era un buteo buteo o un pernis apivorus y un morfo oscuro de la hieraaetus pennata. En el campo de las no rapaces, tuve el placer de ver por primera vez un oriolus oriolus, bicho inconfundible donde los haya.
El domingo empieza con un ejemplar joven de aquila fasciata, los gyps fulvus de rigor, varios ejemplares de falco tinnunculus, un macho de circus aeruginosus, otro par de machos de circus cyaneus y dos ejemplares de milvus migrans. La jornada matutina, que ha transcurrido entre campos de cereal, se completa con la observación no rapaz de un grupo de otis tarda y con la pretendida observación de un aquila chrysaetos donde cristo dio las tres voces dando vueltas alrededor de un arbusto.
Nos vamos a Patones. Subidos en lo alto del cañón, vemos un adulto de aquila fasciata, más gyps fulvus y un aegypius monachus. Vemos, como extra, un par de petronia petronia, varios corvus monedula, algún corvus corone, varios pyrrhocorax pyrrhocorax, además de un grupo de merops apiaster y, de nuevo, un par de oriolus oriolus. Comemos y emprendemos camino hacia Colmenar Viejo. En el tejado de una casa han puesto cajas para falco naumanni ( o sea, un primillar ) y vemos dos machos y una hembra. Vamos desde Colmenar hasta la tapia del Pardo y allí, subida en una torre de alta tensión, vemos un ejemplar de la joya de la corona, el aquila adalberti. Gracias a los telescopios de los monitores, podemos apreciar perfectamente todos los detalles. Tras un rato, volvemos al autobús y en la siguiente torre vemos a otra. Según los monitores y dada la mala hostia que se gastan estos animales defendiendo su territorio, sólo puede tratarse de la pareja del anterior. En fin, digno colofón a un fin de semana lleno de descubrimientos.
2 comentarios:
OOOooOOOOOOOOoooooOOOOOhhhhh!!! :O Impresionante!!
Guau, cuánto sabes para lo joven que eres.
besos ex.v
Publicar un comentario