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17 de enero de 2014

Tristan und Isolde

Si hace un tiempo tuve la ocasión de disfrutar con C hasta el éxtasis con una ópera moderna y sin concesiones, ayer le tocó el turno a mi madre y a Tristan (sin acento en alemán) und Isolde, de Wagner. Aunque a mí no me entran ganas de invadir Polonia, debo confesar que la combinación de escenario minimalista, actores de pie o tumbados y videoarte se me hizo un poco larga y dura, a lo que no contribuyó la comodidad de las butacas. Si son así de cómodas en el teatro real, cómo serán en la casa del pueblo. En fin, divago.No me hagan mucho caso pero la cosa va más o menos así.


Acto primero
Tristán y su fiel amigo Karnawäl (o algo parecido) van en un barco, de nombre extranjero, llevando a Isolde y a su doncella Güarrunde (soy un desastre  para los nombres) desde Irlanda hasta Cornualles para que se case con el rey Marke (o así). Tristan und Isolde no se hablan, ya que Tristán mató al prometido de Isolde aunque resultó herido en la lucha. No se le ocurrió otra cosa que ir de incógnito, haciéndose llamar Tantris para dismular, a que le curara Isolde, que era medio bruja. Isolde le cura y se da cuenta del engaño y aunque está a punto de matarle con una espada al final no lo hace.

En fin, que durante el viaje la tal Isolde está de un humor de perros y al final decide cepillarse al Tristán con una poción mágica para que muera de forma lenta y dolorosa. Aquí me hago un lío, no sé si la doncella Bragande (¿o era Güarrunde?) cambia la poción o si no funciona como esperaban o qué, el caso es que se la beben los dos y se enamoran perdidamente el uno del otro. Y así llegan a tierra.

Descanso primero
Tras la tempestad llega la calma. Paseamos por los salones, nos tomamos un vino y un pincho y descansamos un rato en el salón donde están colgados los Borbones desde Fernando VII. En imagen, se entiende.

Acto segundo
Tristan und Isolde están en el bosque y hablan sobre el amor sublime arrebatador que les arrebata y les sulibeya y como el amor eterno es eterno amor durante la eternidad del amor y la vida es amor y la pasión les arrebata así que aunque muera uno, como el amor no puede morir, ellos tampoco mueren y patatín y patatán. Añádase el videoarte, el alemán y los subtítulos en inglés y español y la cagamos.

El caso es que los tortolitos están tan ocupados en divagar sobre lo humano y lo divino que les sorprende un tal Merlot(?) y se chiva al rey.

El rey, que se había quedado viudo y no tenía gana alguna de volver a casarse porque estaba muy contento con Tristán, le reprocha a éste que le diera tanto la murga para que se volviera a casar y que luego vaya y se beneficie a su prometida. Tristán intenta escaquearse pero el tal Merlo le mete una puñalada en los riñones.

Descanso segundo
La puñalada en los riñones parece que me la hayan dado a mí. Unos señores están hablando de fútbol en el vestíbulo. Tiene que haber de todo en esta vida.

Acto tercero y último, los dioses se apiaden de nosotros
Tristán agoniza en su finca acompañado de su fiel criado Karnewal(?). Esperan a que llegue Isolde en un barco pero el barco no llega y el estado de Tristán empeora. Empeora tanto que no deja de dar la brasa al pobre Karwinal que le tienen de pie en un lado del escenario y ya no sabe cómo ponerse.

Al final llega el barco de Isolde a cámara lenta pero es llegar y morirse Tristán. La jodía por culo le reprocha que no le escuche. ¿Cómo te va a escuchar si está muerto? En fin, estas doncellas irlandesas es lo que tienen. No se vayan todavía que aparece otro barco y llega el rey. En principio parece que trae las pinturas de guerra así que Karwonell mata a Mirlo y es muerto a su vez no sé muy bien por quién y aparece el rey. Resulta que venía de buenas, no sé si porque la Bragonda le había confesado que el Tristán estaba semi-embrujado o qué. La cuestión es que se encuentra con todos muertos y les canta, no olvidemos que estamos en la ópera, que no era para tanto. Canta Isolde y se termina el asunto. El público estalla en aplausos mientras la claque grita bravos por aquí y por allí. Nosotros aprovechamos para salir pitando, coger el metro y volvernos a casa mientras pienso que esto de la ópera se las trae.
  

1 comentario:

alerta-ovni dijo...

No sabía que te había dado por la Ópera, hay que echarle valor para ver a Wagner, que son muy largas, mejor Verdi, nunca decepciona :-)