Como ya venimos comentando, uno de los problemas principales en la ciudad de Mad actualmente es el uso compartido del espacio público. Convertidos los automóviles en dueños de la ciudad, algunos ciclistas, temiendo por sus vidas, se lanzan a las aceras a hacer slalom entre los peatones, a los que no les queda sitio donde meterse. Es por eso, ya que estoy de R estos días, que cuando veo a un niñato subido en una bici de payaso que baja a toda hostia por la concurrida acera de los impares de la Gran Vía, se me ocurre abrirme a ver qué hace. Lo que hace es pasar pegadito a mí, así que le suelto un golpe en el brazo. Se da la vuelta, empieza a insultarme. Respondo y, para su sorpresa, empiezo a correr detrás de él. Hay que aclarar que no soy un superhéroe al uso cualquiera, así que he visto que la posible confrontación es, si no ganable, al menos jugable. El tipo sigue bajando a toda hostia por la acera mientras grita "¡Me quiere pegar!", lo cual no es del todo exacto, ya que lo quiero es reeducarle. En fin, llegados al cruce con plaza de España le pierdo, le vuelvo a ver subiendo por Leganitos pero ahí ya me despista y se queda sin su reeducación.
Al volver a la Gran Vía, un señor me felicita por mi campaña anti-velocípedos en la acera y le digo que no hay de qué, a servir, para eso estamos. Pero las palabras de este señor me demuestran que la bici está dejándose de ver con simpatía: los coches las detestan, como lo han hecho siempre, y los peatones se están hartando de tanto gilipollas por la acera. A pesar de que los colectivos ciclistas intentan recuperar la calzada, que es por donde hay que ir, cada día se ve más acerista y se masca la tragedia.
2 comentarios:
Mi apreciado Edunardo no se me pierda, no se me pierda. Tenga cuidado que la gente está muy girada, cuídese, al menos, hasta el otoño (comienzo de la temporada de cocido)
ya me he puesto al día de tu vida y milagros, pero sigo sin ver las fotos de tus camarones, no soy capaz ¿o es que no las publicas?
perdona mi analfabetismo digital.
besos ex-v
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