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15 de enero de 2010

Otros mundos

B y M han tenido un 2009 muy viajero y como son buena gente les gusta mandar postales a los amigos esaboríos que nunca mandan ná. Y es que el correo tradicional ya no se lleva, pero cierto es que encontrar una tarjeta en el buzón sigue siendo uno de los pequeños placeres de la vida, al menos para pre-abuelos cebolleta como el nene.

Así es como quedan algunas de estas tarjetas en el salón de mi casa.

1 comentario:

La terapia dijo...

¡Y lo monas que te quedan! :)
Como yo también soy una abuela-cebolleta o una romanticoide del buzón pues un día haz lo propio y envíanos, ni que sea, una etiqueta de anís del mono para que la peguemos en nuestro palacio. Sieke... :)