Estoy en el labo peleándome con los módulos de B y mesándome los cabellos dada la falta de resultados cuando aparece P por la puerta. El señor de la G en el Ciemat. Qué raro. Después de compartir despacho (y entrenamientos y comilonas y paseos por el túnel con fugas de helio incluidas) durante dos años y medio allá en Gva se me hace raro verle por acá. Y me alegra, claro, aunque igual en unos meses decide que se queda en algún lejano rincón del mundo haciendo bisutería y no volvemos a verle el pelo. Pero eso es otra historia y etc...
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