
En todo caso, me acerco con mi tío y con mi primo A a dar una vuelta. En la subida hasta el collado de la Dehesilla, el camino va cubierto de vegetación pero se sigue más o menos bien. Mi tío, que recordaba el camino menos duro, se queda a echarse una siesta en la pradera del Yelmo mientras A y yo subimos a la cumbre. En esta última temporada madrileña he debido de subir cinco o seis veces, porque es una cumbre muy divertida para los turistas y para mí también, claro.
Bajamos retostaos y cansadetes de la caminata. Mi tío dice que a ver cuando ponen una carretera hasta arriba que los caminos erosionan mucho.
1 comentario:
la "ascensión" a la cima del Yelmo no podré hacerla nunca, ya que hay partes de mi anatomía que no caben por la chimeneita de subida, pero siempre me ha gustado el camino hasta la pradera, sea por un lado o por el otro, aunque la bajada por el barranco de Los Huertos la oooodioooo.
Besos
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