La semana pasada, con las larus, acabé quemadito por lo de siempre, que si la foto no queda nítida, que si la luz, que si tal. Dicha quemazón es muy mala, porque puedes caer, de nuevo, en las garras del consumismo, pensando que la compra de cámaras y lentes te hará libre e inmune a todo mal. En fin, yo que fui educado siguiendo el utilísimo precepto de "contra el vicio de pedir, la virtud de no dar", me aplico el cuento y me voy a la aventura.
Llego a MdR ya de buena mañana y nada más bajar del autobús veo a las ciconia ciconia dando vueltas alrededor de la torre de la iglesia. Mi propósito inicial era ir al embalse, a ver que había. Pero las ciconia están pasando muy cerca, tengo el sol de espaldas y el pepino en la mano, así que me entrego al safari fotográfico sin freno. Ya lo decía nuestro anterior monarca: bicho grande, ande o no ande. Y entre tiro y tiro, aún me queda un rato para acercarme al puente del embalse. Allí hay mucha gente, mucha chroicocephalus ridibundus y un par de podiceps cristatus en plumaje no nupcial, pero están lejos para ser fotografiados, así que me vuelvo a casa con las ciconias en la tarjeta.
Llego a MdR ya de buena mañana y nada más bajar del autobús veo a las ciconia ciconia dando vueltas alrededor de la torre de la iglesia. Mi propósito inicial era ir al embalse, a ver que había. Pero las ciconia están pasando muy cerca, tengo el sol de espaldas y el pepino en la mano, así que me entrego al safari fotográfico sin freno. Ya lo decía nuestro anterior monarca: bicho grande, ande o no ande. Y entre tiro y tiro, aún me queda un rato para acercarme al puente del embalse. Allí hay mucha gente, mucha chroicocephalus ridibundus y un par de podiceps cristatus en plumaje no nupcial, pero están lejos para ser fotografiados, así que me vuelvo a casa con las ciconias en la tarjeta.
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